Vale. Muchas de las cosas que aparecen en este blog serán
lugares comunes y chorradas ya dichas mil veces. Pero como para un servidor,
ignorante e inquieto a la vez, resultan enormes descubrimientos, nadie me va a
privar de este psicoanálisis electrónico.
Y es que si digo que “Hoodoo Man Blues” es uno de los más
grandes discos de Blues jamás grabados, estaré repitiendo una frase que da 1.928.734
o más resultados en una búsqueda de Google.
Pero volvamos a una época en la que no había Google.
E imaginémonos en una de aquellas abigarradas tiendas de
discos llenas de cajones repletos de manoseadas carpetas de discos. Y entre
tanta carpeta encontramos un disco de Junior Wells. Que el tío de un amigo del
colegio aficionado al Blues y que toca la armónica tiene en un lugar
privilegiado de su discoteca. Y llegamos a casa tras un viaje en el autobús
mirando y remirando por todos lados la carpeta. Y lo ponemos en el tocadiscos.
Y suena el primer corte "Snotch It Back And Hold It"
Pues lo flipas durante semanas. Eso es lo que me ha pasado con este disco aunque lo haya conocido por Google buscando información sobre la armónica que llevo un año aprendiendo a tocar.
Es que si en el disco toca Buddy Guy tiene que ser grande. Muy grande. Buddy Guy es uno de los más grandes guitarristas de Blues de todos los tiempos. Yo lo pongo, sin un criterio muy claro, junto a Jimmy Hendrix y Steve Ray Vaughan por la forma de atacar la guitarra.
El disco es un ejemplo de Blues limpio y cristalino. Con una sección rítmica efectiva y discreta y la guitarra y la armónica sin estridencias ni virtuosismos gratuitos.
Me encanta la guitarra de Buddy Guy. Suena como una campanilla. Limpia y titilante. Sencilla y respetando en ocasiones silencios que dan esa atmósfera tan resultona.
El disco, dicen, refleja perfectamente el Blues eléctrico de Chicago, tocado igual que sonaría en los clubes al natural. Las interpretaciones del disco suenan como se interpretaban en directo sin la preparación o artificiosidad del estudio.
El célebre "Hound Dog" de Leiber y Stoller, que lo clavaría Elvis, un poco acelerado de revoluciones y tocado un poco incómodo. (Creo yo)
Mi canción favorita del disco es la magistral "In The Wee Hours". El acompañamiento de batería y bajo es magnífico. Y la guitarra susurrante un ejemplo de austeridad interpretativa.
En la grabación, el amplificador de Buddy Guy tuvo problemas de funcionamiento, con lo que su guitarra se enchufó en algunos pasajes al Leslie de un órgano Hammond.
En el caso de la toma alternativa del tema Hoodoo Man Blues, corte 13, el resultado es fantástico con ese sonido "flanger" de la guitarra con el Leslie.
He aquí el curioso, mágico e improvisado amplificador:
Y eso es todo.
Espero que lo disfrutéis tanto como yo en esta semana pasada.
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